La epistemología sistémica en su aplicación a la terapia familiar cuenta con más de cuarenta años de historia y con una complejidad conceptual y aplicada imposible de abarcar con detalle en un trabajo de las características de éste. Por ello hemos enfocado este capítulo como una introducción a la concepción sistémica de la familia, centrándonos en las principales innovaciones que representó (y en cierto sentido aún representa) en el contexto psicológico/psiquiátrico clásico. El capítulo concluye con una revisión de los datos procedentes de la investigación en Terapia Familiar Sistémica (TFS) en cuanto a eficacia y proceso y una aproximación prospectiva al futuro de la TFS a la luz de las tendencias actuales.
Concepción Sistémica de la Familia
Las distintas escuelas de TFS se apoyan en una epistemología rica, aunque no siempre homogénea debido a que algunos de sus conceptos básicos provienen de ámbitos relativamente independientes. Esta epistemología se nutrió inicialmente de tres fuentes:
(a) la Teoría General de Sistemas (von Bertalanffy, 1954),
(b) la Cibernética (Wiener, 1948) y
(c) la Teoría de la Comunicación (Watzlawick, Beavin, y Jackson, 1967).
Además, los conceptos procedentes de enfoques evolutivos (p.e., Haley, 1981) y estructurales (p.e., Minuchin, 1974) resultan claves para la concepción sistémica de la familia, por lo que los hemos incluido junto a las fuentes anteriores. La resultante de estas aportaciones teóricas aplicadas a la psicoterapia familiar constituye el denominador común de la TFS.
Conceptos de la Teoría General de Sistemas
· Un sistema es un conjunto de elementos en interacción dinámica en el que el estado de cada elemento está determinado por el estado de cada uno de los demás que lo configuran. Ejemplo: La célula, un bosque, una galaxia. Entre ellos, la familia es el caso que nos ocupa en este trabajo.
· Un sistema es cerrado cuando no intercambia materia, energía y/o información con su entorno. Ejemplo: Hay pocos ejemplos de sistemas cerrados en la naturaleza, dado que la mayoría están en interacción dinámica con su entorno. Aun así, una reacción química en un tubo de ensayo herméticamente sellado sería un caso de sistema (relativamente) cerrado.
· Un sistema es abierto cuando intercambia materia, energía y/o información con su entorno. Por lo tanto, un sistema abierto es modificado por su entorno y al mismo tiempo lo modifica. Ejemplo: Todos los seres vivos (y agregados de ellos) son sistemas abiertos ya que las organizaciones celulares intercambian energía, materia e información con su entorno.
· Totalidad o no sumatividad : "El cambio en un miembro del sistema afecta a los otros,puesto que sus acciones están interconectadas mediante pautas de interacción. Las pautas de funcionamiento del sistema no son reducibles a la suma de sus elementos constituyentes" (Feixas y Miró, 1993, p. 258). Ejemplo: La independización de un hijo puede desequilibrar las relaciones entre sus padres si éste cumplía la función de mediador en los conflictos que se producían entre ellos (totalidad). Sin embargo, por separado ninguno de los miembros del sistema familiar desempeña el rol que le caracteriza en el sistema familiar (no sumatividad).
· Circularidad : Debido a la interconexión entre las acciones de los miembros de unsistema, las pautas de interaación no son nunca lineales (en el sentido que una "causa" A provoque un "efecto" B), sino circulares en el sentido que B refuerza retroactivamente la manifestación de A. Ejemplo: Las demandas de mayor intimidad de un miembro de una pareja pueden chocar con las reticencias del otro, cosa que aumenta las demandas del primero y así sucesivamente.
· Equifinalidad: Un mismo efecto puede responder a distintas causas. Es decir, los cambios observados en un sistema abierto no están determinados por las condiciones iniciales del sistema, sino por la propia naturaleza de los procesos de cambio. Esta definición no es válida para los sistemas cerrados, ya que éstos vienen determinados por las condiciones iniciales. Ejemplo: Por cuestiones meramente pragmáticas o contextuales, dos parejas pueden llegar a una forma de organización doméstica sumamente similar a pesar de que las familias de origen de los cuatro miembros que las componen sean extremadamente diferentes.
Conceptos de la Cibernética
· Feedback : En un sistema, las acciones de cada miembro se convierten en información para los demás, de forma que favorecen determinadas acciones en ellos (feedback positivo) o las corrigen (feedback negativo). Ejemplo: Una pareja presta especial atención (feedback positivo) a su hijo adolescente cuando éste manifiesta una actitud opositiva. De esta forma, consciente o inconscientemente, favorecen el mantenimiento de la actitud opositiva. Sin embargo, le ignoran o reprenden (feedback negativo) cuando plantea temas con connotaciones sexuales, corrigiendo así al sistema en cuanto a su desviación de un parámetro del tipo "en esta familia no se habla de sexo".
· Homeostasis: Proceso de mantenimiento de la organización del sistema a través de feedback negativo. Ejemplo: El incremento de la intensidad de las discusiones entre una pareja parental puede ser detenido por la demanda de ayuda de un hijo sintomático (por ejemplo, mediante la manifestación aguda del síntoma). De esta forma, el feedback negativo que proporciona el síntoma mantiene la organización del sistema familiar impidiendo que las discusiones entre la pareja parental alcancen un punto de ruptura.
· Morfogénesis : Proceso que facilita el cambio en la organización de cualquier sistemamediante feedback positivo. Ejemplo: Los miembros de una familia apoyan activamentela decisión de una hija adolescente de marchar un año al extranjero por cuestiones deestudios, cosa que fomenta una postura de mayor independencia mutua.
Teoría de la comunicación (Watzlawick, Beavin, y Jackson, 1967)
· Es imposible no comunicar . En un sistema, todo comportamiento de un miembro tiene un valor de mensaje para los demás. Ejemplo: El silencio tenso y la mirada perdida de dos desconocidos que coinciden en un ascensor, a pesar de su intencionalidad no comunicativa (o precisamente debido a ella) transmiten una gran cantidad de información: "no me interesas", "no estoy de humor para entablar conversación", "prefiero ignorarte"…
· En toda comunicación cabe distinguir entre aspectos de contenido (nivel digital) y relacionales (nivel analógico): Mientras que el nivel digital se refiere al contenido semántico de la comunicación, el nivel analógico cualifica a cómo se ha de entender el mensaje (metamensaje), es decir, designa qué tipo de relación se da entre el emisor y el receptor. Ejemplo: El mensaje "Cierra la puerta de una vez" transmite un contenido concreto (la instrucción de cerrar la puerta), pero a la vez cualifica al tipo de relación entre emisor y receptor (de autoridad del primero). En este sentido, "¿Podrías cerrar la puerta, por favor?" transmite la misma información en el nivel digital, pero muy diferente en el nivel analógico.
· La definición de una interacción está condicionada por la puntuación de las secuencias de comunicación entre los participantes. Los sistemas abiertos se caracterizan por patrones de circularidad, sin un principio ni un final claro. Así, la definición de cualquier interacción depende de la manera en que los participantes en la comunicación dividan la secuencia circular y establezcan relaciones de causa-efecto. Ejemplo: Una hija adolescente se queja de que su madre la trata como a una niña porque intenta sonsacarle información y ella reacciona ocultándole todo lo que puede. Obviamente, la puntuación de la madre es diferente: se queja de que su hija no confía en ella y de que le oculta cosas porque no es lo bastante madura como para gestionar su propia vida. Como resultará evidente, la puntuación de una refuerza la puntuación de la otra de forma que resulta imposible decir quién es la "responsable" del problema interaccional.
· Toda relación es simétrica o complementaria, según se base en la igualdad o en la diferencia respectivamente. Cuando la interacción simétrica se cronifica hablamos de escalada simétrica; cuando se cronifica la interacción complementaria se habla de complementariedad rígida. Desde este punto de vista lo disfuncional no es un tipo u otro de relación, sino la manifestación exclusiva de uno de ellos. Ejemplo: Una pareja puede basar su relación en la igualdad de estatus profesional (relación simétrica) de forma que cualquier mejora en las condiciones laborales de uno de sus miembros obliga subjetivamente al otro a igualarlo. En el caso de una escalada simétrica, la competencia entre ambos puede llegar a desestructurar el sistema. Por otra parte, algunas parejas se estructuran en roles complementarios tales como "racional" versus "emocional". Si esta complementariedad se rigidifica puede dar lugar a una relación disfuncional en la que uno de sus miembros debe siempre actuar de forma racional (y por tanto no se puede permitir expresar sus emociones) y el otro debe siempre actuar de forma emocional (y por lo tanto no se puede permitir reflexionar sobre sus acciones).
Conceptos Evolutivos (Haley, 1981)
· La familia como sistema atraviesa una serie de fases más o menos normativas y propias de su ciclo vital (noviazgo y matrimonio; procreación; adolescencia, maduración y emancipación de los hijos; nido vacío).
· La importancia de las nociones evolutivas en TFS no radica sólo en cada fase en sí misma, sino en las crisis a que puede dar lugar el paso de una a otra. En este sentido, el proceso óptimo de superación de tales crisis consiste en modificar la estructura del sistema familiar manteniendo su organización.
Conceptos Estructurales
· Un sistema se compone de subsistemas entre los que existen límites que tienen como objetivo proteger la diferenciación del sistema y facilitar la integración de sus miembros en él. Ejemplo: En un sistema familiar se dan los siguientes subsistemas; (A) Conyugal: entre los miembros de la pareja funciona la complementariedad y acomodación mutua: negocian, organizan las bases de la convivencia y mantienen una actitud de reciprocidad interna y en relación con otros sistemas. (B) Parental: tras el nacimiento de los hijos, el subsistema conyugal ha de desarrollar habilidades de socialización, nutritivas y educacionales. Se ha de asumir una nueva función, la parental, sin renunciar a las que se caracterizan al subsistema conyugal. (C)Filial: la relación con los padres y entre los hermanos ayuda al aprendizaje de la negociación, cooperación, competición y relación con figuras de autoridad y entre iguales.
· Los límites o fronteras familiares internas son identificables por las distintas reglas de conducta aplicables a los distintos subsistemas familiares. Ejemplo: Las reglas que se aplican a la conducta de los padres (subsistema parental) suelen ser distintas de las que se aplican a la conducta de los hijos (subsistema filial). Así, normalmente los padres tienen más poder de decisión que los hijos.
· Los límites entre subsistemas varían en cuanto a su grado de permeabilidad, pudiendo ser difusos, rígidos o claros. Límites difusos son aquellos que resultan difíciles de determinar; límites rígidos son aquellos que resultan difíciles de alterar en un momento dado; límites claros son aquellos que resultan definibles y a la vez modificables. Se considera que los límites claros comportan una adaptación ideal.
· Los límites difusos caracterizan a las familias aglutinadas (o en fusión); los límites rígidos caracterizan a las familias desligadas (disgregadas o en hato). Las familias aglutinadas no tienen límites establecidos claramente y no saben cuál es el rol de cada uno de sus miembros. Las características generales de las familias aglutinadas son: (a) exagerado sentido de pertenencia; (b) ausencia o pérdida de autonomía personal; (c) poca diferenciación entre subsistemas con poca autonomía; (d) frecuente inhibición del desarrollo cognitivo/afectivo en los niños; (e) todos sufren cuando un miembro sufre; (f) el estrés repercute intensamente en la totalidad de la familia. Las familias desligadas se caracterizan por límites internos muy rígidos de forma que prácticamente cada individuo constituye un subsistema. Comparten muy pocas cosas y, por lo tanto, tienen muy poco en común. Las características generales de las familias desligadas son: (a) exagerado sentido de independencia; (b) ausencia de sentimientos de fidelidad y pertenencia; (c) no piden ayuda cuando la necesitan; (d) toleran un amplio abanico de variaciones entre sus miembros; (e) el estrés que afecta a uno de los miembros no es registrado por los demás, (f) bajo nivel de ayuda y apoyo mutuo.
· Los límites pueden separar subsistemas del sistema familiar o a la totalidad del sistema del exterior. En este último caso, los límites exteriores se denominan fronteras. Las fronteras del sistema familiar vienen determinadas por la diferencia en la conducta interaccional que los miembros de la familia manifiestan en presencia de personas que no forman parte de la familia.
· El concepto de tríada rígida se refiere a las configuraciones relacionales paterno-filiales en las que el hijo se usa rígidamente para desviar o evitar los conflictos parentales. Según Minuchin (1974), se pueden dar tres configuraciones de tríada rígida. (A) Triangulación: cada uno de los cónyuges trata de obtener el respaldo del hijo en su conflicto con el otro. (B) Coalición: Uno de los progenitores respalda al hijo en un conflicto planteado entre éste y el otro progenitor; esta situación tiene el efecto de crear un vínculo entre el progenitor defensor y el hijo para ir en contra del otro cónyuge. (C) La desviación de conflictos, que se produce cuando se define a un hijo como "malo" y los padres, a pesar de sus diferencias mutuas en otros aspectos, se unen en su esfuerzo para controlarlo o cuando se le define como "enfermo" y se unen para cuidarlo y protegerlo.
La Familia desde la Optica Sistémica: Síntesis
Teniendo en cuenta todo lo antedicho, la familia se puede concebir como un sistema abierto organizacionalmente, separado del exterior por sus fronteras y estructuralmente compuesto por subsistemas demarcados por límites con diferentes grados de permeabilidad y con diversas formas de jerarquización interna entre ellos. Los miembros del sistema familiar organizan y regulan su interacción mediante procesos comunicativos digitales y analógicos, que definen relaciones de simetría y/o complementariedad. Dicha organización se caracteriza por las propiedades de totalidad o no sumatividad, por patrones de circularidad, y por el principio de equifinalidad. El sistema familiar mantiene su organización mediante procesos homeostáticos (por ejemplo, mientras modifica su estructura a través de una serie de fases evolutivas), y la altera mediante procesos morfogenéticos.
La Intervención Sistémica : De lo Intrapsíquico a lo Interpersonal y del Porqué al Cómo:
Hay dos focos de interés que distinguen a la TFS de otras terapias —particularmente de aquéllas que incorporan formas de explicación casi exclusivamente intrapsíquicas. Los dos proceden de los planteamientos originales de Bateson (1972) y se han incorporado (en mayor o menor medida) a la práctica totalidad de orientaciones de la terapia sistémica.
El primero de los focos a los que hacíamos referencia es la consideración batesoniana de la mente no como producto de un sistema nervioso contenido en un organismo, sino como conjunto de pautas de organización y autorregulación de cualquier sistema. En este sentido, la mente no es ni mucho menos imnanente al individuo, sino un proceso distribuido social y ecológicamente. Según el famoso ejemplo de Bateson (1972): Consideremos un hombre que derriba un árbol con un hacha. Cada golpe del hacha es modificado o corregido de acuerdo con la hendidura que ha dejado el golpe anterior. Este proceso autocorrectivo (es decir, mental) es llevado a cabo por un sistema total árbol-ojos-cerebro-músculo-hacha-golpe-árbol, y este sistema total es el que tiene características de mente imnanente (p. 347).
La aplicación más directa e innovadora de este principio epistemológico a la terapia familiar consistió en desplazar el interés de las teorías psicológicas tradicionales (inspiradas todas ellas en una visión autocontenida del psiquismo humano) del individuo al sistema; de lo intrapsíquico a lo interpersonal. El foco de la intervención sistémica, tanto si en la sesión está presente toda la familia como si sólo se cita a un miembro, ya no es el individuo como supuesta "fuente" de la patología, sino las características de la organización del sistema en el que el motivo de demanda tiene sentido.
Esta visión de la mente como proceso socialmente distribuido, junto con el interés terapéutico por las pautas que conectan las interacciones del sistema familiar, distinguen a la TFS de otras terapias familiares (p.e. las de orientación cognitivo/racionalista) en las que, cuando se analiza la acción del terapeuta, queda claro que la presencia del resto de miembros del sistema familiar sólo sirve como "apoyo" al tratamiento del paciente identificado. Este resulta un aspecto fundamental de la intervención en TFS, puesto que toda acción terapéutica que no se interese por las pautas de interacción no debería considerarse sistémica dado que se limita a un intento de hacer terapia individual en presencia de otros miembros de la familia.
Por ejemplo, el motivo de demanda basadas en atribuciones de causalidad lineal (del estilo de "el problema de esta familia es que la madre es demasiado estricta con su hija"). Nótese que basar la terapia en un planteamiento así implica intentar modificar la conducta de un solo miembro del sistema como si dicha conducta no estuviera conectada con la de los demás. Lo más probable es que la actitud de la madre sea un mensaje para algún otro miembro de la familia y, a su vez, una respuesta a los mensajes que recibe de ellos. En este sentido, el intento de modificar una situación circular de forma lineal puede incluso resultar contraproducente, dado que el terapeuta no tiene en cuenta cómo podría afectar su acción a niveles ecosistémicos de mayor complejidad.
El segundo foco de interés al que hacíamos referencia es la consideración batesoniana de la interacción como fuente de información, y por tanto como forma de comunicación. Esta noción llevó históricamente a la TFS a desvincularse de aquéllas teorías psicológicas que, en los años 50-60, seguían postulando explicaciones energéticas del psiquismo humano. En su aplicación a la práctica clínica, esta concepción comunicativa condujo a la TFS a desinteresarse por las explicaciones causales y centrarse en la pragmática de la interacción familiar—un salto cualitativo del porqué al cómo. Si bien asistimos últimamente a una recuperación del interés por las "teorías del problema" de los miembros de la familia en TFS en general se ha privilegiado durante años la cuestión de "¿quién hace qué a quién cuándo?".
El objetivo último de tal pregunta es llegar a la formulación de una hipótesis sistémica sobre el problema de la familia; hipótesis que debe conectar la conducta de cada miembro con la de todos los demás. El foco de la intervención sistémica será, consecuentemente, un intento de introducir un cambio significativo en la interacción familiar que haga innecesaria la manifestación sintomática del paciente identificado. El énfasis excesivamente pragmático (en detrimento de la semántica de la comunicación) de esta versión de las nociones batesonianas ha llevado históricamente a la TFS al callejón sin salida de intentar entender la conducta humana al margen del significado atribuido a ella. A pesar del indiscutible interés original de Bateson por los procesos mentales, la lectura pragmática de Watzlawick et al. (1965) da lugar, paradójicamente, a una versión interaccional de la "caja negra" del conductismo. De hecho, el grupo de Palo Alto reivindica explícitamente el concepto de caja negra y afirman que: Si bien es cierto que algunas relaciones permiten hacer deducciones con respecto a lo que "realmente" sucede en el interior de la caja, tal conocimiento no resulta esencial para estudiar la función del aparato dentro del sistema más amplio del que forma parte (Watzlawick et al.,1965).
La reivindicación del significado como fundamental para la comprensión de la (inter)acción y la comunicación, junto con el rechazo de conceptos mecanicistas tales como los que aparecen en la cita anterior han representado un punto de inflexión en el pensamiento sistémico de las últimas dos décadas, tema al que dedicaremos el último apartado de este capítulo tras una revisión de los datos de eficacia de la TFS.
Investigación de Resultados y Procesos en TFS: El Estado de la Cuestión
En su revisión del modelo sistémico aplicado a la terapia familiar, Feixas y Miró (1993) lamentan que históricamente se haya producido un cierto divorcio entre investigación y práctica psicoterapéutica. A pesar de los buenos propósitos iniciales, este divorcio es característico de muchas otras formas de psicoterapia. Sin embargo, ello no es óbice para que dispongamos de investigaciones de calidad referentes al resultado (es decir, la eficacia) y al proceso terapéutico en TFS.
Como es característico de la investigación sobre los principales modelos psicoterapéuticos, la eficacia global del modelo sistémico se considera probada. Los estudios metaanalíticos realizados hasta la fecha (Hazelrigg et al., 1987; Markus et al., 1990; Shadish et al., 1993) demuestran que las familias tratadas con terapia familiar mejoran más que el 67% de las no tratadas. Este tamaño del efecto es compatible (si bien menor, debido probablemente al menor número de estudios) con el resultado de estudios metaanalíticos sobre la eficacia de la psicoterapia en general, que indica que un 80% de los clientes tratados con psicoterapia mejoran más que los no tratados (Lambert, 1986). Como es también habitual en la investigación sobre la eficacia genérica de la psicoterapia, ningún modelo de TFS ha demostrado una eficacia diferencial general superior a los otros.
La investigación de resultados en TFS se centra actualmente en la cuestión de qué tipo de intervenciones familiares funcionan mejor con qué tipo de problemas clínicos y en qué condiciones. La investigación de procesos, por su parte, se centra en intentar elucidar qué es terapéutico en la TFS, y cómo se relaciona el proceso de cambio con el resultado de la terapia.
Investigación de Procesos en TFS
La investigación de procesos en psicoterapia se interesa por cómo se produce el cambio, y no sólo por si se produce o no. Greenberg y Pinsof (1986, p. 18) la definen como:El estudio de la interacción entre el sistema del paciente y el del terapeuta. La meta de la investigación de procesos es identificar los procesos de cambio en la interacción entre estos sistemas. La investigación de procesos cubre todas las conductas y experiencias de estos sistemas que resulten pertinentes para el proceso de cambio, dentro y fuera de las sesiones de tratamiento.
La investigación de procesos en psicoterapia es más compleja metodológicamente que la de resultados, además de más reciente. En este sentido, la investigación del proceso de la TFS arroja menos resultados que la investigación sobre la eficacia de las intervenciones sistémicas.
A pesar de esta relativa escasez quizá algunos de los estudios más interesantes sean, entreotros, los de Mann et al. (1990), quienes aportaron evidencia empírica a la noción sistémica estructural de que las coaliciones transgeneracionales conllevan problemas para los hijos, y que el incremento de la colaboración y la mejora de la comunicación parental contribuyen una mejora de la sintomatología del Paciente Identificado. Así mismo, la contribución de intervenciones sistémicas (tales como la reformulación o la prescripción paradójica) al resultado terapéutico intra-sesión también ha recibido apoyo empírico en algunas investigaciones de proceso (véase Diamond et al., 1995, para una revisión).
Tendencias Actuales en TFS: Una Aproximación Prospectiva
El desarrollo y maduración de la epistemología sistémica en terapia familiar ha dado lugar a la emergencia de una tendencia que se manifiesta con fuerza creciente en publicaciones,congresos y prácticas psicoterapéuticas en TFS: el constructivismo, tal como se detalla conmayor extensión en otro capítulo incluido más adelante (Botella y Pacheco, este volumen). El uso del término constructivismo (y su vinculación al interés por las narrativas en terapiafamiliar) arranca de las propias raíces de la TFS. Keeney y Ross (1985), por ejemplo, utilizan el término para referirse a la afirmación de que "el observador participa en la construcción de lo observado" (p. 24). Esta afirmación constituye el núcleo de los planteamientos de autores como Humberto Maturana, Francisco Varela, Heinz von Foerster, Ernst von Glaserfeld, Paul Watzlawick, o Gregory Bateson, quien ya en 1972 afirmaba que:Creamos el mundo que percibimos, no porque no exista una realidad externa (…) sino porque seleccionamos y remodelamos la realidad que vemos para conformarla a nuestras creencias acerca de la clase de mundo en el que vivimos (Bateson, 1972, p. 7).
También la cibernética, especialmente la de segundo orden, se inspira en una postura epistemológica constructivista. La cibernética creció a partir de los trabajos de pioneros como Norbert Wiener desde la ingeniería de la comunicación y la ciencia de las computadoras, y ante la necesidad de entender los principios generales de cómo se regulaban los sistemas de cualquier clase. La cibernética de primer orden se basaba en la premisa de que el sistema observado podía considerarse separado del observador. Mientras la cibernética de primer orden se centraba en una perspectiva externa al sistema, la cibernética de segundo orden enfatiza el rol del observador en la construcción de la realidad observada. De ahí que la realidad no se conciba como independiente de los procesos de organización del observador. En este sentido, la coherencia epistemológica con los postulados del constructivismo es total (véase Botella, 1995, para una discusión de las bases epistemológicas constructivistas de diferentes teorías psicológicas contemporáneas).
El interés por el constructivismo en TFS ha sido documentado ampliamente. Por ejemplo, el monográfico de Marzo de 1982 de Family Process estuvo dedicado a una serie de críticas epistemológicas a la TFS que invocaban el constructivismo de la obra de Bateson. El monográfico de Septiembre/Octubre de 1988 de The Family Therapy Networker llevaba el provocador lema de "¡Llegan los constructivistas!" y en él aparecían contribuciones de algunas figuras capitales del constructivismo en terapia familiar, tales como Karl Tomm, Steve de Shazer, Carlos Sluzki o Lynn Hoffman. Resulta significativo que una de las obras que marca la maduración del constructivismo como epistemología aplicada a la clínica (Neimeyer & Mahoney, 1995) incluya una sección sobre perspectivas sistémicas y psicosociales con contribuciones de Jay Efran, David Epston, Michael White y Guillem Feixas--precisamente este último autor ha sido un pionero de la exploración de la conexión entre constructivismo y sistémica en nuestro país (véase por ejemplo Feixas, 1991).
También uno de los monográficos de 1991 de la Revista de Psicoterapia (nº 6-7) dedicado a la TFS evidencia el giro constructivista en artículos de autores como Harlene Anderson, Harold Goolishian, Harry Procter o Valeria Ugazio. El trabajo de esta última es un excelente ejemplo de la tendencia que parece seguir la TFS recientemente: la relativa desvinculación de la Teoría General de Sistemas y la adopción de conceptos basados en el construccionismo social (Gergen, 1994; para una revisión, véase Botella, 1995). En este sentido, el título de la obra de McNamee y Gergen (1992) resulta clarificador: la terapia como construcción social. Esta perspectiva, asociada a posturas posmodernas en la práctica terapéutica y en la reflexión intelectual, implica la redefinición de la psicoterapia como la génesis intencional de significados y narrativas que puedan transformar la construcción de la experiencia de los clientes mediante un diálogo colaborativo.
Como comentábamos con anterioridad, la reivindicación de la dimensión semántica en lacompresión de la interacción humana se puede considerar una reacción a la lecturaexcesivamente pragmática de la TFS en su primera época. Por otra parte, el rechazo de los conceptos mecanicistas subyacentes a la Teoría General de Sistemas y el re-descubrimiento dela importancia de la dimensión histórica, narrativa y lingüística en TFS responden quizá a las mismas causas. Este giro discursivo, semántico y narrativo es propio de toda la psicología contemporánea y, como documentábamos en otro lugar (Botella y Feixas, 1998), ha sido destacado por autores como Bruner (1990) en su denuncia al paradigma del procesamiento de la información por haber descuidado lo que es más característicamente humano de tal proceso: la atribución de significado a dicha información.
Como era de esperar, tal redefinición no ha despertado un entusiasmo unánime entre losterapeutas familiares, y algunos de ellos (por ejemplo Jay Haley o Salvador Minuchin) seoponen a la postura constructivista/narrativa por lo que ellos entienden que tiene de excesivamente igualitaria en cuanto a la difusión del poder del terapeuta. En este sentido,como afirman Feixas y Miró (1993) citando a Anderson y Goolishian (1988), es posible que el modelo sistémico se encuentre en una encrucijada entre aquellos que entienden la organización familiar en términos de alianzas de poder y conductas encadenadas funcionalmente y los que consideran la familia como un sistema de creencias compartido en el cual tiene sentido el síntoma. (p. 283).
En cualquier caso, este tipo de debates y otros que puedan irse abriendo en el curso deldesarrollo de la TFS la enriquecen y diversifican, configurándola como una aproximación que alcanza su madurez y se enfrenta a los retos que dicha etapa conlleva.
tomado de : www.infoley.blogspot.com